Consejos para plantear buenos objetivos

Para cada tipo de objetivo hay una extensión determinada, aunque en términos generales la idea es que sean bastante concisos y breves, es decir, que vayan directamente al punto sin utilizar palabras que distraigan o que no sean necesarias.

La recomendación para el objetivo general es que tenga una extensión máxima de 50 palabras y debe ser estrictamente uno solo.

Para los objetivos específicos se sugiere que cada uno tenga una máxima de 30 palabras.

Ten presente que estos son los máximos, entonces si pueden tener la mitad de esta cantidad de palabras también está bien.

¿Qué explicar y qué no?

Para tener una guía práctica para crear tus objetivos lo mejor es que consideres algunas cosas a evitar y otras que sí o sí debes integrar:

>En los objetivos es fundamental desarrollar estos puntos:

• Dar una idea clara de lo que quieres decir.
• Integrar los elementos necesarios para dar a entender tu objetivo: una acción a desarrollar, un agente sobre el cual recaen los hechos, un hecho que se pueda demostrar o analizar.
• Ser coherente con la investigación y los alcances que se pueden llevar a cabo.

>Algunas cosas para evitar al plantear tus objetivos son:

• No seas repetitivo entre objetivos, cada uno debe ser diferente al otro.
• No seas redundante, usa una oración simple para expresar cada objetivo.
• No cites ni parafrasees dentro de un objetivo.
• No excedas el número de palabras permitidas.

Construcción de los objetivos

Pensando en la parte de la estructura, existen ciertas pautas que debes seguir:

• Utiliza un verbo en infinitivo para comenzar cada objetivo (estos son los que terminan en ar, er, ir y que no están conjugados).
• Ten a la mano tu planteamiento del problema para que te sea más fácil construir el objetivo general (evita que sea una copia, básate en él pero escríbelo de cero).
• Haz que tus objetivos específicos reflejen esos pasos que diste en la investigación para llegar a la meta final.
• Puedes revisar nuevamente los objetivos cuando termines todo el trabajo para ajustar alguno que quizá no lograste o que puedes escribirlo mejor.

Con estas indicaciones seguro es más fácil escribir los objetivos.

Ojo, no los subestimes, a pesar de ser breves, estos conforman una parte fundamental del trabajo de investigación.

Motivación al lector

Cuando alguien lee unos objetivos de algún trabajo, espera encontrarse con un formato determinado que le permita saber qué persigue esa investigación.

Esto muchas veces determina si el lector se queda o se va, por eso es necesario que haya claridad y honestidad.

Puede que alguno de tus objetivos resulte negativo, pero no por eso debes eliminarlo o esconderlo, por ejemplo, puede que en la validación de qué insectos se ven afectados por el químico X resulte que este es inofensivo, es decir, que no es la causa de la muerte de los insectos; eso no significa que debes quitar ese objetivo, sino que ese fue el resultado que arrojó tu investigación: es un hallazgo.

¿Sabías que en el blog también tienes a tus disposición los consejos para la introducción y para el planteamiento del problema?

Sugerencias adicionales

• Siempre es bueno que tengas una lista de verbos que pueden facilitar el armado de los objetivos, algunos ejemplos son: compilar, entender, descifrar, investigar, comprender, explicar, comparar, esclarecer, reconocer, demostrar, comprobar, etc.
• Consulta con tu tutor o con un profesor una vez que los tengas, quizá pueda darte su opinión si le parecen acertados o si cree que debas ajustar alguno.
• No te sientas obligado a escribirlos al iniciar el trabajo, puede que no encuentres las palabras para explicarlos de buenas a primeras, una vez que vayas desarrollando tu investigación es probable que te sea más fácil ponerlos en papel.
• Dales una repasada final cuando termines el proceso investigativo y el trabajo escrito, ya que es probable que requieran de uno que otro ajuste pequeño.