¿Qué característica no puede faltarle a un profesor?

Cuando nos ponemos en el rol de profesor, nos encontramos con una preparación ardua para el momento de impartir cada clase, no solo al tener en cuenta los años del pregrado y posibles posgrados, sino también las horas de investigación y ensayo antes de llegar cada día a presentar temas frente a un aula llena de alumnos; y es que cada salón pareciera renovarse, desde las preguntas que se formulan hasta los puntos de vista que aporta cada estudiante, por ello cada clase es diferente y única.

Las enseñanzas orales deben acomodarse a los hábitos de los oyentes.

Aristóteles

Por ello, un profesor necesita contar con ciertas cualidades para manejarse apropiadamente en el aula y que el contenido que desea compartir sea lo más efectivo posible. Creemos también que la efectividad de una información se mide en cómo los alumnos la comprenden y la cuestionan, dado que no es posible que exista una verdad única o un solo camino para llegar a los resultados, y en ese cuestionamiento continuo es en el que la academia nos forma, para siempre tener esa chispa investigativa y curiosa frente a todos los ámbitos que se nos presenten, con herramientas que en nuestra área nos faciliten una indagación más profunda y significativa.

Siempre que enseñes, enseña a la vez, a dudar de lo que enseñes.

José Ortega y Gasset

Lo mejor de entrar al salón de clases como profesor, es muchas veces buscar la mejor forma de comenzar cada lección. Hay tantas estrategias posibles que uno debe ser un maestro selectivo con sus técnicas, se quiere que una clase sea sumamente instruccional, pero no por ello olvidamos las estrategias pedagógicas que hacen que un contenido sea comprendido con mayor facilidad.

Uno debe también ser amable con las personalidades tímidas, dar un breve empujón haciendo preguntas abiertas, mirando a los ojos de algunos estudiantes o incluso interpelándoles directamente con una pregunta retórica.

Toda la sesión debe ser una composición armoniosa, teniendo en cuenta las preguntas imprevistas que pueden desviar la intención y el cronómetro inicial, para que todos los participantes salgan agradados y con nuevos conocimientos.

La buena didáctica es aquella que deja que el pensamiento del otro no se interrumpa y que le permite, sin notarlo, ir tomando buena dirección.

Enrique Tierno Galván

Ahora, cuando surge la pregunta de qué cualidades debe tener un profesor, es necesario remitirse a su rutina para entender qué objetivos debe lograr para ser exitoso, aunque de manera general podemos mencionar las siguientes:

• Investigativo: es necesario que un docente se tome la tarea de actualizarse constantemente, que realice cursos, seminarios o talleres de educación continua para mantener la actualidad en los temas que imparte. Además, en las clases suele ser muy positivo el tema de la interdisciplinariedad para dar una mayor versatilidad en los temas, así, los ejemplos con los que se desarrollan las explicaciones colocan al alumno sobre hipótesis diferentes para comprender el contenido.

• Paciente: no todos los estudiantes irán a la misma velocidad ni con el mismo interés sobre cada contenido, por lo que es necesario que la paciencia sea una virtud que apliquemos con mucha constancia. Se debe pensar también que esta permea en varias facetas de la vida, además que se nota en la personalidad dentro del aula, desde la dicción de los contenidos hasta los espacios de silencio ante una pregunta abierta que se hace al grupo.

• Ameno: todas las clases, en mayor o menor medida, buscan ser un tipo de conversación, un acto de habla donde el estudiante debe participar, aunque sea con una interacción mínima sobre la comprensión del contenido. Dado este contexto, lo mejor es que como profesores tengamos una actitud amena y cordial que permita el rápido acercamiento a la información que se comparte.

• Motivador: dentro y fuera del aula no es suficiente con los puntos anteriores, dado que debemos motivar al estudiante a que interactúe con los contenidos, a que indague más allá de lo que ve en el salón, que busque referencias en su círculo de conocimiento con las cuales pueda comparar y ejemplificar lo aprendido.

Uno puede intentar estimular o influir en esa motivación a los estudiantes, desde las notas o los apuntes que pueden acompañar las correcciones en los exámenes o trabajos escritos, hasta la retroalimentación presente en las intervenciones en clase.

• Organizado: las fechas de los exámenes, los horarios de clase, la duración y la cantidad de contenido por lección, los implementos necesarios para desarrollar los ejercicios, los ejemplos listos para cada actividad, los materiales de cada curso, los promedios al día de cada estudiante, etcétera, son algunos de los puntos que deben tener siempre presentes y organizados todos los docentes. Esto porque ser profesor requiere de una alta autogestión de diversos cursos o asignaturas, por lo que todo debe estar claro y ordenado para ser eficaces dentro de las funciones. Todo sin olvidar la preparación previa a las clases y todo lo que ello implica.

¿Comprendes ahora un poco más la perspectiva de un profesor? Quisimos estar del lado menos popular, del que pone las notas en los exámenes, pero mostrar también que este trabajo requiere de mucha preparación y de varias cualidades que en mayor o menor medida siempre deben estar presentes, entre muchas otras más que cada uno aporta.

Yo no enseño a mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender.

Albert Einstein

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